14 de junio de 2014

Un par de precisiones


Estaré fuera algún tiempo y esta entrada es un poco una despedida temporal. No obstante, querría resaltar muy brevemente un par de cosas.

La primera es que, obviamente, escribo este blog sin ningún propósito académico y muy guiado por sentimientos. Me parece completamente injusto que los compositores no gocen de la misma fama o nombradía que los intérpretes de sus canciones. Por eso he dedicado algún tiempo a Sebastián Iradier. Y no hace falta decir que casi todos los autores de música popular, no clásica, están en las mismas condiciones.

La segunda es una, me parece que apasionada, defensa de Wikipedia. Y también de Google, claro. San Google y Santa Wikipedia dicen ya algunos. Respecto a la última, quizá no todos saben que fue creada por Jimmy Wales y Larry Sanger, en el año 2001 (lo leo en la propia Wikipedia, naturalmente). El nombre se debe a este último, que formó una palabra compuesta con los términos ‘wiki’ y ‘pedia’. Wiki es quick (rápido) en hawaiano, y pedia deriva del griego paideia y significa enseñanza, educación, instrucción…

Sólo me referiré a una crítica frecuente a Wikipedia: sus inexactitudes. Existen, sin duda, y también las hay en las otras enciclopedias más formales. Sin embargo, un estudio sobre 42 entradas científicas en Wikipedia y la muy prestigiosa Encyclopaedia  Britannica, realizado por la también muy prestigiosa revista Nature, reveló que el promedio de errores en Wikipedia era de cuatro, frente a los tres de la EB. Se siguió luego una cierta controversia, que no merece la pena comentar.
 
A cambio, cuando quise escribir algo sobre Servio Sulpicio Galba, en Wikipedia encontré tres personajes disntintos con ese nombre y en mi EB sólo uno. Sin contar que, en muy poco tiempo, se está asistiendo a un progresivo rigor en la redacción de Wikipedia y basta ver las referencias de cada entrada para reconocerlo. Sus otras ventajas son tan obvias e importantes, que tampoco es necesario ponerlas de manifiesto.

13 de junio de 2014

Del olvido, del azar, de la historia


He hablado de Sebastián Iradier, aunque sería incapaz de valorar su importancia como músico. Lo que me apena es que no pudiera gozar de ese último gran éxito, el de La Paloma —por lo que veo en Youtube, casi no hay cantante que no la haya interpretado alguna vez—. Lo de las famas póstumas y la inmortalidad que acarrean no deja de ser un don discutible. Woody Allen decía: Lo de ser inmortal por mi obra no está mal, pero yo preferiría, simplemente, no morirme.

La vida de Iradier no fue, de ninguna manera, la de un fracasado; sólo al final la fortuna le dio traidoramente la espalda. Se codeó con la alta aristocracia madrileña, fue amigo de escritores y artistas en la Corte y tuvo como alumna, entre otras, a Eugenia de Montijo, que sería luego Emperatriz de los franceses. En alguna época también logró introducirse en el mundillo artístico parisino. Parece que fue simpático y gastador, elegante hasta un cierto dandismo, donjuán y mujeriego. Pasión o virtud esta última, que me cuesta mucho condenar, sobre todo en los hombres.

Leo ahora un libro de un escritor italiano del siglo XIX, Petruccelli della Gattina, médico, escritor, periodista y político, bastante influyente en su tiempo, y del que hoy sólo quedan, como recuerdo, una calle, un busto y una lápida en su pueblo natal, en Moliterno, en la Basilicata. En esto se parece un tanto a Iradier. Lo cito también porque se empeña en afirmar, sin pruebas, que Pilato era de Híspalis —otros han postulado que era de Astorga—. Aclaro que no es este el español que aparece en la Biblia y del que dije, y lo haré, que me ocuparía. Este último era cordobés y no hay dudas al respecto. También cita Petruccelli algo que, por puro azar, remite a un suceso reciente en Madrid, donde un joven ha arrancado a mordiscos casi toda una oreja a otro, en una reyerta.

Petruccelli lo cuenta de Antígono Matatías. Voy al historiador Flavio Josefo y compruebo efectivamente el hecho. En el año 40 a. C., este Antígono fue nombrado rey de Palestina y arrancó las orejas a un tal Hircano. Lo leo en inglés: Antigonus himself also bit off Hyrcanus's ears with his own teeth, […] so that he might never be able to take the high priesthood again, for the high priests that officiated were to be complete, and without blemish (traduzco y abrevio: el propio Antígono arrancó con sus dientes las orejas a Hyrcanus […] para que nunca pudiera ser Sumo Sacerdote, porque estos habían de ser completos y sin defecto físico). Ya se ve: Nihil novum sub sole.

Doy un vínculo más de La Paloma. Es de André Rieu en Méjico, con el público, conmovido, entregado y feliz, cantándola. http://youtu.be/hD-as4l2f2Q. ¿Podrá ver todo esto Iradier? Ojalá. Sería justo, sería bonito.

12 de junio de 2014

Noche mágica en Hamburgo


Con mi entrada de ayer tuve un problema que conseguí resolver en parte. Decía que el núcleo y la justificación de la misma era una presentación en PowerPoint sobre el puerto de Hamburgo. Sin embargo, al intentar ‘subirla’ al blog, no pude hacerlo, lo que desmantelaba por completo el texto. Finalmente lo logré, aunque sin la música.

Un cocodrilo no es un avestruz. Aplicando tan poderosa lógica, y pensando un poco, me di cuenta de que la presentación no era un vídeo y no podía cargarla como tal. Busqué entonces en Google el modo de hacerlo y me encontré con la ayuda de una presentación didáctica excelente. Como ya dije que uno de los objetivos de mi blog era enseñar lo poco que uno pueda, doy la correspondiente dirección, por si alguno de mis lectores tiene un problema parecido al mío. Ahí va:

https://docs.google.com/presentation/d/17t05qF9BVgSLI9rmhmN3PxApI0C41uazSPQAET7_Bh8/edit#slide=id.p6

Ya estoy haciendo de maestro Ciruela, esta vez sabiéndolo. ¡Quién sabe las veces que lo habré hecho sin darme cuenta! Lo de siempre: mi intención es buena.

Tengo todavía que tratar de cargar la música de la presentación y porfiaré algo más. Sólo un poco, porque lo importante aquí son las diapositivas. De hecho, y para simplificar, inserto ahora unas pocas de ellas, para mostrar el ambiente de este evento de Hamburgo, sobre el que monté alguna elucubración mía en torno a los veranos y felicidades efímeros. Creo que en mi entrada anterior ya se tienen que ver todas, pinchando en el vínculo que inserté.

Incidentalmente, muchos comentarios que he visto en Youtube, sobre el vídeo de la húngara Katica Illenyi cantando La Paloma, subrayan su voz aterciopelada y su belleza. Definitivamente, es un encanto. Al final grita un ¡Olé!, que enardecería a los muertos.
 



 

11 de junio de 2014

Del verano, de la belleza fugaz

Un poco más sobre Alemania. A Semino Rossi lo conocí en la televisión de ese país, en la que aparece con frecuencia. Y más tarde recibí también de allí una presentación en PowerPoint en la que como fondo se oye, cantada por él, La Paloma, la canción que compuso Sebastián Iradier dos años antes de morir, habitando ya un olvido triste y pesante, que sólo enmendaron la Muerte y la fama póstuma. Sin poder disfrutar del inmenso éxito de esa última canción en el mundo entero.

         La presentación, que adjunto en esta entrada —y es el núcleo y la justificación de la misma—, es sobre un happening, que se celebra cada dos años en Hamburgo; este año (2014) será del uno al tres de agosto. Al menos siete grandes líneas de cruceros suelen llegar a la ciudad en estas fiestas. En dicha presentación pude ver su inmenso puerto, por la noche, entre decenas de fuegos artificiales y con sabios juegos de luz, dirigidos por el diseñador de luces (lighting designer) Michael Batz, empleando focos, que barren el área completa del espectáculo. Los edificios y los barcos están envueltos en luz.

         Y vi, sobre todo, desbordantes masas de gentes emocionadas y alegres, dispersas en los embarcaderos del puerto, en terrazas al aire libre, en las cubiertas de los innumerables buques de todos los tipos y tamaños; por todas partes, con sus corazones ardiendo en una tibia noche de verano nórdico, tan efímero. Queriendo aprisionar la fugaz belleza del instante, que inevitablemente no vuelve hasta pasados dos años. Con la necesidad y la urgencia de darse prisa por apurar el buen tiempo, los atardeceres de estío, eternos en esas latitudes. Unidos todos en la inocente observancia del Carpe diem (aprovecha el día) latino; siguiendo sin saberlo ancestrales y felices ritos dionisiacos, que subyacen en todas las culturas. Intentado fijar para siempre el ambiente feérico del momento y poder recordarlo después. Aconteceres así siempre engendran la nostalgia, la fatal sensación de que todo termina demasiado pronto, la constatación de que la felicidad ocupa sólo una parte reducida de nuestras vidas. Leo que eran unas seiscientas mil almas de todo el mundo, asomadas atónitas e incrédulas al río Elba, transformado por arte de magia en un enorme, bello y fugitivo escenario.

Festivales análogos hay en todos los países. Quizá en los del norte de Europa, con veranos limitados que pasan volando, las gentes tienden a aprovecharlos con mayor vehemencia, con ansias más apremiantes. Es hermoso verles tan decididos a no dejar escapar la huidiza felicidad.


         Nota 1: He sido incapaz de cargar la presentación. Trataré de arreglarlo. Si alguien me manda, como comentario, su dirección de correo, estaré encantado de  enviarla.
         Nota 2: Creo que logré subir la presentación. Pero sólo las diapositivas, no la música de fondo (La Paloma, por Semino Rossi). Seguiré porfiando.
 

10 de junio de 2014

De lenguas y de playas

Ya dije que no faltan temas para quien quiera escribir un blog; al contrario, se acumulan sin tregua. Y eso que los reduzco muchísimo. Hoy quiero atar cabos sueltos, insistir sobre cosas de mi entrada de ayer, que era para ser leída… y oída.

        La canción Wo die Nordseewellen, está cantada en plattdeutsch, en bajo alemán, que se habla todavía en áreas rurales del norte de Alemania. ¿Es muy diferente del alto alemán? Si se ve escrito, no demasiado, pero hablado, complica mucho el asunto. Voy a Wikipedia y tomo un párrafo, que mutilo: “En el término bajo alemán están los grupos bajo fráncico (en el oeste) y bajo sajón (en el este). El grupo bajo fráncico comprende el holandés, flamenco occidental, brabantés/flamenco oriental, kleverlandés, groningués, zelandés, limburgués, afrikáans… El Plattdeutsch comprende aquellos dialectos bajo sajones y bajo fráncicos que son usados dentro de Alemania…”.

        ¿Puede alguien corriente tener siquiera una idea del tema? Wikipedia sirve para que los atrevidos, que creen que el mundo es sencillo y bastan cuatro ideas para entenderlo, quizá se paren un poco y mediten. ¿Y se puede esgrimir, para justificar cualquier disgregación, el argumento de las lenguas? Podríamos no acabar nunca.

        En ese vídeo aparecen algunas mujeres claramente felinas. No lo busqué, pero no fue desagradable. Prefiero, sin embargo, a Katica Illenyi, la cantante húngara de La paloma (adjunto una foto suya para que todo sea más evidente). En el vídeo lleva un trajecito corriente, no de modisto famoso. No es de esa seda de Tiro a la que un poeta latino, Petronio, llamaba “viento tejido”, o de aquella gasa india transparente, que hace más provocadora la desnudez. Katica canta y ríe como tienen que hacerlo los ángeles.

Una antigua foto mía para mostrar una bella playa alemana, de arena fina y blanca. No sé la fecha, pero es verano, no invierno. El aire fresco y limpio puede ser vigorizante y agradable, pero en estas playas, para mí, es imposible bañarse y uno ha de refugiarse en las Strandkörbe, esas cestas enormes. Algunos alemanes me confiesan, de la manera más sincera y amistosa, que no podrían vivir en un país con un clima como el nuestro. Suelen pasar sus vacaciones más al Norte, en Noruega, hacia el Círculo Polar Ártico, etc. En cambio, otros compran sus casas en Mallorca o Levante y adoran al Sol. El mundo es diverso y cada uno ama lo que quiere y lo que puede.


9 de junio de 2014

Algunas músicas alemanas


En mi entrada anterior, hablé de un cantante, Semino Rossi, e insinué algo sobre los gustos musicales de los alemanes. Por lo que he podido apreciar, tienen éxito en ese país las canciones suaves, a veces melancólicas o tristes. Yo creo que el pueblo alemán, con las salvedades inherentes a toda generalización, es serio, honesto y romántico. Como una de mis metas es divulgar realidades que he tenido la fortuna de conocer, querría hoy escribir un poco sobre canciones típicas o populares alemanas, para que mis lectores puedan escucharlas; quizá para algunos sean nuevas. De la Alemania del Norte, para ser más precisos, de la Alemania marinera, volcada al mar desde siglos.

Una de ellas es Wo die Nordseewellen. Daré el vínculo para Youtube y traduciré, abreviando, unas palabras del inicio: http://youtu.be/OmhDmsu8-dQ: Donde las olas del mar del Norte bañan la playa, / donde las flores amarillas florecen en la verde tierra, /donde las gaviotas chillan en la tormenta. / Ese es mi hogar (Heimat es la palabra utilizada), allí me siento en mi casa.

Otra canción es la de Seemann, deine Heimat ist das Meer (Marinero, tu hogar es el mar) y fue compuesta por Werner Scharfenberger —¿cómo se pueden saber estas cosas?—. El vínculo es http://youtu.be/B-SVP6i9tbk. Traduzco el principio: Marinero, deja tus sueños, / no pienses en tu casa. / Marinero, el viento y las olas / te llaman para sí. / Tu hogar es el mar, / tus amigas son las estrellas. / Tu amor es tu barco, / tu nostalgia es la distancia. / Sólo a ellos has de ser fiel / tu vida entera.

Abba Heidschi Bumbaidschi (el título lo he visto escrito de diversas maneras) es una muy vieja canción austro-alemana, que quizá se remonta hasta el siglo XV. Es un texto muy triste, que habla de una madre que muere y deja solo a su hijo. Fue desde el principio una canción de cuna, pero se ha ido convirtiendo en una tema navideño, aunque las palabras no han cambiado. El título es intraducible y el vínculo, para la versión de Marianne y Michael, con un coro de niños, es http://youtu.be/e964xSw2Yz4. La ha cantado también Plácido Domingo y se puede encontrar en Youtube. Otra vez ofrezco en español las palabras iniciales, muy sencillas: Abba Heidschi Bumbaidschi, duerme tranquilo, / tu madre se ha ido / y estará fuera / por mucho tiempo.

Para terminar algo más alegremente, incluyo también otra versión, una de las infinitas, de La Paloma. La canta una bella Katica Illenyi, cantante húngara, nacida en 1968, que toca también el violín y pertenece a una familia de músicos, que actúan juntos muchas veces. El vínculo es http://youtu.be/O89DV9LE1vY.

Una reflexión más seria. El hogar se tiene en muchos sitios y puede estar por lo tanto en el mar. Heimat, la palabra alemana en estas canciones, designa algo más profundo que el hogar; es como terruño, tierra chica, patria, en un sentido entrañable. El mundo está lleno de patrias así, íntimas, acogedoras, de espacios pequeños y concretos, anclados en un tiempo pretérito que es muchas veces el de la infancia. Hay tanta belleza en el mundo que a todos nos toca algo. Cuando estoy en Alemania, casi en la frontera con Dinamarca, y hay un viento frío, quizá en pleno verano, mis amigos se alegran y me dicen: ¡frische Luft, schöne Luft, eh!  (aire fresco, aire hermoso). Para ellos es  así. A mí ha llegado también a gustarme. Además, ¿me voy a poner a discutir de vientos?

Por muchas razones, los cantos excesivos a las patrias son injustificados y vacuos. Los nacionalismos exacerbados son siempre perversos. Cuando me topo con uno de estos nacionalistas a ultranza, me dan gana de echarme a reír. Luego me dan ganas de echarme a llorar. Al final, me dan ganas de echar a correr. No porque sean peligrosos, aunque puedan llegar a serlo —lo han sido, infinitamente, a lo largo de la historia—, sino porque les temo. Les temo porque me aburren. Aburren a las ovejas.

8 de junio de 2014

De canciones, de cantantes


Mi entrada de anteayer creo que era distinta de las anteriores. Como ya conté, sigo tratando de encontrar lo que sea más del gusto de mis lectores. Ese es un importante objetivo de este blog. Me acojo a lo que cité del célebre personaje de Valle, el marqués de Bradomín: “Yo no aspiro a enseñar, sino a divertir”. Bueno, también tengo la ilusión de poder descubrir alguna cosa a los más jóvenes.

En esa entrada había un chiste, contado sin estridencias o zafiedades, ¿por qué no? Venía algo a cuento. Hoy quiero dar la dirección de un video y decir dos palabras sobre el intérprete. Todo está relacionado con la canción La paloma, de la que hablé, y seré breve. La dirección es la siguiente: http://youtu.be/HenA2erkQ8Y.

El vínculo remite a una de las infinitas versiones de la canción. El cantante, Semino Rossi, no es muy conocido en España, pero sí en Alemania. Canta muy melosamente, lo que, seguramente, es más apreciado allí, y tiene un aspecto atildado y franco. En inglés se diría que “he looks a very neat person” (parece una persona muy neta). Yo he leído esa expresión en Baroja: una persona muy neta; es decir, muy clara, muy fiable. No es el típico rompecorazones latino.

  El video muestra unas bellas fotos de una Habana casi derruida y, sin embargo, atractiva, graciosa y cautivadora. Rossi es una de esas personas valientes, arriesgadas, que me gustan. Nació en Rosario, Argentina, en 1962. A los veintitrés años tomó un billete de avión para España (sólo ida), dispuesto a no volver. Al año siguiente conoció en Innsbruck a una italiana de Tirol del Sur, con la que se casó. Ahora vive en Austria y ya dije que es muy valorado y querido en Alemania. Canta en alemán, italiano y español.

De la otra canción de la que también hablé —La Bohème, de Aznavour— no doy dirección de video; hay a montones. Y eso es todo por hoy. Breve, ¿verdad? Mejor.